Malú
Entré en el dormitorio, cerré la puerta y me tiré en la cama satisfecha de todo lo que había pasado. ¿Habré conseguido que se ponga celoso de mí? Creo que sí. O mejor dicho, estoy segura. Porque echaba fuego por los ojos.
Estaba flipando de felicidad cuando oigo unos golpes seguidos de gritos y patadas en la puerta. Salto de la cama con el corazón tan acelerado que está a punto de salírseme por la boca.
- MARIA LUIZAAAAA... ¡ABRE LA PUERTA! ¡YA! - grita con rabia
- ¡NO PIENSO ABRIRLA! ¡NI EN SUEÑOS! ¡DÉJAME EN PAZ Y VETE A BUSCAR A TUS MUCHAS MUJERES! - le grito, pero lleno de miedo por lo que pueda pasar
- ABRE ESTA MIERDA O TIRARÉ ESTA PUTA PUERTA ABAJO Y TE ENSEÑARÉ LO QUE PUEDO HACER CON MUJERES PETULANTES COMO TÚ. ÁBRELA... - grita y me estremezco al sentir como la puerta de madera maciza tiembla solo con sus puñetazos, era como si la puerta fuera de papel tanto que temblaba. Pero mantuve mi pose y le devolví el grito.
- ¡HE DICHO QUE NO VOY A ABRIRLA Y SERÁ MEJOR QUE TE