Miguel lo miraba con los dientes apretados, como si quisiera hacerlo pedazos.
Viendo que la situación estaba a punto de convertirse en una pelea, Andrea dio un paso adelante y tiró suavemente de la manga de Vicente.
Solo entonces Vicente soltó la mano de Miguel, quien trastabilló y fue sostenido por Julieta.
—Miguel, de verdad estoy bien. Volvamos —suplicó Julieta.
Miguel seguía mirando fijamente a Andrea con furia.
—Andrea, ni siquiera estamos divorciados y ya estás ansiosa por salir con tu amante. ¿Y encima te atreves a golpear a Julieta? ¿No te das cuenta de lo bajo que has caído?
Al oír esto, Vicente quiso intervenir nuevamente, pero Andrea lo detuvo, colocándolo detrás de ella.
—Déjame manejarlo. Hay cosas que debo enfrentar por mí misma.
Vicente, aunque reticente, dio un paso atrás, manteniéndose alerta para protegerla.
Andrea miró con frialdad a Miguel y luego a Julieta.
—No necesitan invertir los papeles. El abogado Gazitúa y yo tenemos una relación completamente inocente. ¿Pue