—¡¿Qué dijiste?! —Inna apretó los dientes furiosa, pero no pudo responder nada.
Después de todo, si pudiera elegir, ella también preferiría que su familia tuviera dinero, para no tener que resignarse a casarse con un hombre feo y viejo.
Pero Luciana no tenía intención de dejarla ir, y agregó:
—Además, yo también te voy a dar un consejo de buena fe: lo que se obtiene por juventud y belleza, al final desaparece cuando se van la juventud y la belleza. Mientras seas joven, aprovecha y saca todo lo que puedas, no vaya a ser que al final te quedes con las manos vacías y la gente se burle de ti.
Después de decir esto, Luciana sonrió con satisfacción y se dio la vuelta para irse.
Ella siempre había sido una persona educada y no le gustaba buscar problemas.
Pero que no buscara problemas no significaba que les tuviera miedo.
Viendo la espalda presumida de Luciana, Inna se sintió profundamente molesta.
En un momento de rabia, levantó la voz y la detuvo.
—Luciana, creo que deberías pensar bien si