Ella odiaba más que nada a este tipo de mujeres que destruían familias y además eran materialistas.
Pero Luciana pensó que eso era cosa del pasado, ahora que todos eran mayores seguramente habían cambiado un poco.
Pero al siguiente segundo, las palabras de Inna le hicieron entender una verdad: genio y figura hasta la sepultura.
—Sí, realmente no pensé que te encontraría aquí. No me imaginé que después de tantos años ya empezaras a venir a centros comerciales de este nivel.
Diciendo esto, Inna puso cara de desprecio.
La sonrisa falsa que Luciana había logrado esbozar inmediatamente desapareció, no pudo evitar torcer la boca y poner los ojos en blanco.
—Si yo no viniera a centros comerciales de este nivel, tampoco me toparía con gente de tu nivel, ¿verdad?
Diciendo esto, Luciana resopló:
—Después de tantos años sin vernos, todos hemos cambiado un poco, pero tú sigues igual que siempre.
Igual de odiosa.
Inna no captó el sarcasmo, pensó que la estaba elogiando por verse joven.
Inmediatamen