Salvador miró el brazo en cabestrillo de Vicente.
—Tu mano...
Luciana también intervino: —Justo quería preguntarte. ¿Qué te pasó en la mano? ¿Por qué la llevas en cabestrillo?
Andrea respondió primero.
—Hoy, la parte demandada de un caso no pudo aceptar el resultado del juicio y casi salta del edificio. Vicente intervino valientemente y la salvó.
Al oír esto, la mirada de Luciana hacia Vicente se llenó de admiración.
—¡Vicente, eres increíble!
José también lo miró con aprobación.
A Vicente le costaba cada vez más contener su sonrisa.
En ese momento, Salvador se ajustó las gafas, con una sonrisa fría y burlona en los labios.
—Con razón tienes la reputación que tienes hoy. Parece que todo es cierto.
Todos los presentes se sorprendieron ante estas palabras.
Andrea miró a Salvador, desconcertada.
—¿Qué quieres decir con eso?
Salvador sonrió, pero era una sonrisa que ocultaba una daga.
—No quise decir nada en particular, espero que no te ofendas.
Vicente podía ver claramente que las palabra