El bastardo pensaba que podía huir después de toda la mierda que había hecho.
Estaba furioso, pero estaba más asustado por lo que pudiera pasarle a su mujer, Katryna estaba perdiendo mucha sangre y...
No quería ni pensarlo, ella iba a estar bien.
Salió de sus pensamientos al escuchar un disparo fue allí cuando comenzó a correr por los pasillos.
Hasta que se detuvo donde estaban todos, 135, Damien y Black se encargaban de ese hombre loco entonces su mirada barrió toda la sala encontrándose con la doctora herida de bala y su mujer sollozando en el hombro de Danger.
Escuchó su dolor e hizo lo que debía, la abrazó acariciando su cabello con dulzura.
—El bebé Wild —Sollozó—, él me lo quitó, yo...
—Tranquila preciosa, nuestro cachorro está a salvo, tienes que irte cuanto antes, no hay tiempo que perder...
— ¡Quiero a mi bebé Wild!
Él tomó su delgado rostro entre sus manos y besó con anhelo el dorso de su boca.
—Y lo tendrás, ahora debes irte, yo mismo te lo llevaré.
— ¿Lo prometes?
—Lo juro