Capítulo 30 : sentía que las fuerzas no iban a alcanzarle

Aquello tenía que ser una pesadilla, Raquel tragó, sus manos temblaban y el miedo le impedía hacer cualquier cosa que no fuera temblar. Era imposible que Anna estuviera ahí, sin embargo, fue quien la golpeó y dejó inconsciente. El olor era inconfundible y no quería ni pensar en todas las cosas que podrían hacerle a Amaya si no obedecía.

La loba se quedó en silencio mientras escuchaba sobre su cabeza el llanto de su hija, miró el metálico techo de aquel maletero donde iba y se prometió que aquello no terminaría mal, que salvaría a su hija como fuera.

«Matemos a todos cuando abran el baúl, acabemos con esa maldita mujer»

— No, no podemos hacer eso — le advirtió a su loba — no sabemos qué le hará a nuestra hija, no debemos atacar.

«¿Qué debemos hacer entonces?», le acusó «Dejar que nos lastime una vez más».

— Si eso impide que su mujer le haga algo a Amaya sí.

La mujer dijo aquello, pero deseó que realmente no fuera cierto, quería que Rick viniera por ella con todas sus fuerzas. Que la c
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