Pov Narrador
El día del festival había llegado.
Kael y Kato se dirigían a la casa de la manada que estaba siendo adornada con flores.
Al fondo, un camino era adornado con pétalos de rosas y bombillas en lo alto, que llegaban hasta la entrada del bosque.
En las celdas, sacaban a los hombres encadenados. Regresando limpios y con un pantalón blanco.
El mismo proceso se repetía para las mujeres.
Amaya fue sacada junto con las demás, fueron llevabas a una sala grande y oscura dónde solo había una ventana.
Las regaderas se abrieron y todas se apresuraron a ducharse. Una vez listas, a todas se les entregó una bata blanca y una corona de flores.
Regresaron a sus celdas, donde debían permanecer paradas para no ensuciar su atuendo.
Orim pasaba inspeccionando que todo estuviera en orden. Parándose justo frente a la celda de Amaya, mirándola con lujuria.
—Que lastima que no pueda tocarte porque realmente te vez comestible.
Amaya empezó a temblar del miedo, mientras su agresor