¡CRAAAANK!

¡El techo de la cueva comenzó a soltar enormes masas de tierra, derrumbándose!

—¡Qué demonios! —exclamó Adalet, viendo cómo la barrera parpadeaba, fragmentándose, hasta que finalmente…

¡BOOOOM!

¡Una enorme explosión la empujó con una ráfaga, haciéndola caer dentro del sendero interno frente a las escaleras!

La cueva se derrumba, y la barrera se deshizo brutalmente a la fuerza. Dejando una densa capa de polvo, pero… Un brillo emergía de la esquina izquierda, reconoció la figura, ese poder inigualable y el aroma de ese macho.

En segundos, ella se puso de pie, y vio a ese lobo… Ese que no había visto desde que la atacó en Susurros Nocturnos. Zik.

"¿Es en serio? ¡¿Atravesó una maldita pared gruesa de roca y tierra, para romper la barrera?!"

Adalet se paralizó asombrada, no lo había pensado, pero tenía mucha lógica. Él era un lobo Alfa, con un don que le permitía actos extremos y suicidas para otros, donde él saldría sin ni un solo rasguño.

—No te atrevas