Capítulo 66: Patrones malditos.
—Tú… —frunció el ceño Adalet—. ¡NO HARÉ NI UN CARAJO! ¡ESTOY SUCIA, ME SIENTO PEGAJOSA Y LLENA DE TU AROMA, ES IRRITANTE! ¡Estoy desnuda y no… no quiero hacerlo así! —gritó la hembra, desesperada y humillada. Sus manos estaban apretadas en puños sobre la mesa, temblando de rabia.
Zefor, a unos pasos frente a ella, se quitó la camisa de manga larga y, en un instante, se la lanzó a la cara.
—Cúbrete. Si haces bien el trabajo, te dejaré tomar un baño en los termales de la manada.
—¿Termales? —preguntó ella, con los ojos llenos de curiosidad.
«No conozco bien el territorio de Garra Dorada. Sería útil acceder a ese lugar, por investigación… Digo… Así, cuando vuelva con Malcon, podré crear un mapa detallado del territorio y atacar sin piedad», le dijo Adalet a su loba, Lala, internamente.
«¿Sí? Me suena más a una excusa. Si quieres relajarte, adelante. Hagámoslo sin remordimientos.», le respondió Lala.
Adalet sostuvo la camisa de su esposo en las manos, el aroma de Zefor impregnand