✧✧✧ En el límite este del Bosque Sombrío. ✧✧✧
La neblina matutina se colaba aún entre los altos y frondosos árboles. Los sonidos de los animalillos comenzaban a apoderarse del ambiente, mientras los rayos del sol empezaban a filtrarse entre las densas ramas.
Desde lo alto, una sombra blanca descendió en picada. Un ave majestuosa, gigantesca y pura, desplegó sus alas con lentitud y gracia.
Su cuerpo brillaba con escarcha que flotaba como polvo de cristal.
Al tocar el suelo, la criatura se disolvió en un remolino de escarcha como si fuese nieve, y de ese torbellino emergió el Rey dragón, Gael.
Ese poderoso y antiguo ser, comenzó a caminar entre el césped fresco.
Avanzó sin prisa, sus pasos ligeros pero seguros, hacia un punto del suelo donde sentía que hubo magia.
No necesitó tocar nada; su poder sentía cada fragmento de energía, cada grieta invisible.
Alzó una mano y cinco fragmentos cristalinos surgieron ante él. Flotaban, suspendidos en el aire, irradiando un leve