Capítulo 122: Te encanta ser mía.

Zefor se detuvo un momento. Su respiración era pesada. Tenía la frente sudada y los ojos fijos en el rostro de su hembra, que se debatía entre el deseo y la rabia.

Adalet lo miró, sintiendo ella cómo su rostro ardía de pena, lo estaba disfrutando y no quería ser tan obvia… Pero ante ese macho, ese que la había marcado era inútil.

Ella tenía los ojos brillosos no solo por la excitación, sino por esa maldita frustración que no se podía arrancar del pecho.

—No estás pensando con claridad, Luna. Si no puedes decirme tu plan, es porque no se trata de nada bueno —murmuró él, como si leyera cada pensamiento que pasaba por la cabeza de su esposa.

Ella bufó con rabia, finalmente tomando valor, y empujándolo con fuerza, aunque apenas logró moverlo un poco.

Él no opuso resistencia, solo la observó, esperando. Ella se sentó, jaló una de las sábana y se la puso encima del pecho, temblando. No sabía si era de coraje o del ardor que sentía aún en cada parte de su cuerpo… Que "quemaba"… Que s
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