>>> Adalet:
Era una sensación suave y cálida, una experiencia que me envolvía en un abrazo reconfortante. Me gustaba. Mi mano se movió lentamente, tocando algo firme y sólido. ¿Qué era esto? ¿Algo más suave? Mis ojos se resistían a abrirse, como si mis párpados fueran pesadas cortinas. La somnolencia me envolvía.
El aire estaba impregnado de un aroma a hierbas frescas, a naturaleza vibrante y a tierra húmeda. La brisa suave acariciaba mi rostro, pero mi cuerpo, atrapado en una calidez envolvente, me mantenía anclada a este estado de semiinconsciencia.
—Mmm… —con esfuerzo, comencé a abrir mis ojos verdes esmeraldas, que se posaron sobre él. Se veía apuesto, con un aura dorada que brillaba intensamente, más que nunca, de una manera que nunca había visto antes. ¡Un momento! Una chispa de alerta me atravesó y reaccioné de inmediato—. ¡¿QUÉ PASÓ?! —me di cuenta de que estaba sentada en su regazo.
De un salto, me moví, intentando despegarme de su abrazo.
—¡AAAAH! —grité cuando mi cuer