Capítulo 64: Primer sello abierto.
>>> Narrador:
En la profundidad del bosque, donde los rayos naranjas del atardecer se filtraban entre los árboles, se encontraba la entrada de una cueva.
Las enormes rocas, cubiertas de musgo y enredaderas, creaban un ambiente de abandono, pero en realidad, todo estaba lejos de estar deshabitado.
Cruzando un sendero oscuro, el interior de la cueva se transformaba en una verdadera guarida.
Farolas emitían una luz cálida y dorada, iluminando las paredes de piedra pulida que brillaban con limpieza.
Muebles de madera adornaban el lugar, llenos de estanterías de cristal y frascos coloridos. En el centro, un elegante escritorio albergaba a un hombre.
Su cabello castaño, semi ondulado, caía hasta sus hombros. Vestía de negro, y sus brazos musculosos estaban marcados con extraños símbolos de tinta oscura.
El hombre soltó un profundo suspiro, acariciando su barba corta con la mano derecha, mientras con la otra sostenía una pluma que danzaba sobre un pergamino extendido en el