Evelyn
Unas horas antes del encuentro.
La habitación está en silencio, pero mi corazón late con fuerza, un tamborileo constante en mis oídos.
Desde el segundo en que Leonard salió por esa puerta hay un solo pensamiento invadiendo mi mente: Algo no está bien.
Lo siento en mi piel, en mis huesos, en lo más profundo de mi ser y es algo que sencillamente no puedo ignorar.
Me levanto de la cama y camino hasta la puerta, pegando la oreja contra la madera. Escucho voces, ruido de pasos apresurados, el eco de algo que parece un rugido lejano.
Mis dedos aprietan el pomo, pero dudo. Leonard me dijo que no saliera. Me ordenó que me quedara aquí.
Pero ¡maldita sea! No puedo quedarme sentada mientras algo sucede afuera. No cuando hay peligro, no cuando Leonard está allá afuera enfrentando lo que sea que haya venido a atacarnos.
Porque aunque odio admitirlo, estoy preocupada por él, solo pensar en que Ragnar puede estar detrás de esto, que puede lastimarlo, una sensación nauseabunda se apodera de