Evelyn
Han pasado solo 24 horas desde que Leonard me encontró en el congelador, pero no pienso aguantar más encerrada.
Y tampoco quiero que crean que me han derrotado, por eso pienso volver a esa cocina con la frente en alto.
El sonido del fuego crepitando en la cocina es lo primero que noto cuando entro. El aroma del pan recién horneado y la carne cocinándose impregna el aire. Todo parece normal, excepto por el tenso silencio que reina en el lugar.
Las cocineras están paralizadas, con la mirada clavada en alguien al fondo. Mis ojos recorren el salón hasta que lo veo.
Leonard está de pie en el centro de la cocina, su postura es pura tensión contenida. Frente a él, una de las mujeres está arrodillada en el suelo, temblando visiblemente.
Mi cuerpo se estremece ante la visión. No entiendo qué está pasando.
—¿Leonard?—digo y avanzo hacia dónde él está—¿Qué demonios sucede aquí? —mi voz rompe el silencio, y varias cabezas giran en mi dirección con expresiones de horror.
Cuando Leonard volte