LeonardNo estoy seguro de que esté de acuerdo con que Evely haga parte de un ritual ahora mismo, teniendo en cuenta que hace menos de 12 horas estaba desmayada, pero por primera vez alguien es más terco que yo.Y por primera vez no puedo decirle que no a alguien.La habitación huele a incienso y a magia antigua.Estoy de pie junto a Evelyn, sujetándole la mano mientras la hechicera blanca prepara el ritual con el colgante. Ella ha dibujado runas en el suelo, y murmura palabras en una lengua tan vieja que me revuelve las entrañas.Evelyn aprieta mi mano cuando la energía empieza a elevarse.—¿Lista? —le pregunto en un susurro.—Sí —dice ella, aunque su voz tiembla un poco.Cuando la hechicera coloca el colgante en el centro del círculo, una luz azulada lo envuelve. Y entonces, lo siento: la energía de Evelyn fluyendo hacia el objeto.Sus piernas se tambalean.—¡Basta! —gruño, girándome hacia la hechicera—. ¡Detenlo!—¡No! —protesta Evelyn, aferrándose más fuerte a mí—. Tenemos que term
EvelynEl lago parece un espejo de plata bajo la luz de la luna.Camino descalza junto a Leonard, nuestras manos entrelazadas, sintiendo cómo el aire cambia alrededor de nosotros.La noche está viva. Llena de magia antigua. Llena de algo que late en el viento, en el agua, en nuestros pechos.Nos detenemos justo al borde del lago.Leonard me mira y asiente. No hace falta decir nada. Sabemos lo que hemos venido a buscar.Cerramos los ojos, respiramos profundo, y dejamos que la energía fluya, que nuestras almas llamen a aquella que siempre ha respondido en los momentos más oscuros.Y me encargo de llamarla, de pedirle que se presente ante nosotros, que nos de la ayuda que necesitamos.El agua se agita.Una brisa gélida nos envuelve.Y entonces… ella aparece.Una figura de luz pura, femenina, con ojos como lunas llenas y cabello que cae en ondas infinitas, tan blancas como la nieve más antigua.La diosa.Su voz resuena en el aire, poderosa y suave al mismo tiempo:—Dos visitas en una seman
LeonardEl aire huele a humedad, a leña quemada y a sangre seca.Los cazadores nos escoltan hasta el corazón del campamento, donde varias tiendas toscas se alzan entre árboles deformes.Puedo sentir cómo cada mirada que se posa sobre nosotros destila odio puro.No los culpo. Para ellos, un lobo es una amenaza que camina.Pero esta vez… también somos su única esperanza.Nos detienen frente a una hoguera donde un joven, de no más de veinticinco años, afila una lanza de plata con movimientos mecánicos.Su cabello es oscuro, sus ojos casi negros, y su mandíbula está apretada con una furia contenida que reconozco porque la he sentido yo mismo.Este es el nuevo líder.—Aquí están —gruñe el cazador que nos escoltó—. Dijeron que querían verte, Eron.El tipo se pone de pie en un solo movimiento fluido, la lanza en la mano.Nos observa como si midiera dónde tendría que clavarla primero.—¿Qué m****a hacen dos lobos en mi territorio? —escupe, su voz cargada de veneno.No bajo la mirada. No retroc
EvelynPuedo sentir la tensión llenar el ambiente. No conozco al alfa enfrente de nosotros, pero solo basta una mirada para saber que no es de los amigables, aunque no se ve meramente violento tiene algo que me mantiene alerta.Todo lo contrario a lo que la chica al lado suyo transmite. Ella se ve firme y a la vez serena, sus ojos los recorren y mira con demasiada curiosidad a los cazadores.Decido mantenerme en silencio, dejando que sea Leonard quién maneje la situación, pero aún así no bajo los escudos, por el contrario me encargo de reforzarlos y asegurarme de que todos estemos cubiertos, no quiero más sorpresas.—Decidan. O se unen a nosotros… o se apartan. Pero no vamos a detenernos.—la voz de Leonard truena en el lugar y siento como los cazadores a mis espaldas se enderezan.Listos para la batalla, listos para defenderse de ser necesario y es que se siente tan irreal estar junto a ellos y sé que para los lobos en la manada no será sencillo luchar a su lado.Muchos han perdido a
LeonardMe despierto con el alba, Evelyn está acurrucada entre mis brazos y la sensación de paz que esto me da es algo que quiero sentir toda mi vida.Quiero amanecer así cada día, quiero que ella sea lo primero que vea al despertar y lo último al acostarme, pero para que eso pueda suceder debo encargarme de que el mundo sea un lugar seguro, o al menos lo más seguro que pueda, sin amenazas directas, como Ragnar, como su padre traidor, como los hechiceros que se aliaron a ellos.Solo podremos tener un hogar, con nuestro hijo, si conseguimos acabar con los enemigos.Mis ojos vuelven a enfocar a Evelyn, su cabello desordenado sobre mi pecho, su respiración suave, tranquila.Mi mano se posa sobre su vientre sin pensarlo.Nuestro hijo.La idea es como una chispa que me quema por dentro. Orgullo. Miedo. Una devoción que no sabía que podía sentir hasta ahora.Y con ella… una urgencia salvaje de protegerlos.No puedo dejarme llevar por la ternura. No ahora.Hoy es el día. Hoy empezamos a derr
LeonardMis palabras de alguna manera parecen haber calmado la tensión en el grupo, aunque soy consciente de que no ha desaparecido.Es que tampoco puedo esperar que siglos de matanza, odio, resentimiento y derramamiento de sangre se olvide de la noche a la mañana.Pero el simple hecho de que estemos aquí, juntos, planeando la forma de luchar espalda con espalda, protegernos entre nosotros y acabar con el enemigo dice mucho sobre como hemos avanzado.Eron desde su lugar me da un asentimiento y sé que eso quiere decir que sus hombres y mujeres estén listos para la acción, cuando miro a Alex él me da el mismo gesto, asi que caminando hacia el centro del campamento invito a todos a formar un círculo.Necesitamos armar la mejor estrategia y para que funcione debemos unir nuestras fortalezas.Evelyn está a mi lado, su poder vibrando en el aire como electricidad viva. Sus ojos recorren a cada uno de los hombres, tanto lobos como cazadores, como si pudiera ver a través de ellos, y creo que d
EvelynLas palabras del joven lobo consiguen alterar toda la calma que habíamos conseguido hace tan solo minutos, porque si bien ya estábamos preparados para atacar creyendo que el ritual había comenzado, la confirmación de los hechos crea un aire de urgencia y ansiedad.Mis ojos se cruzan con los de Leonard y sé que él siente lo mismo y sabe que no podemos ir a la batalla así.Dando un paso al frente, me encargo de llamar la atención de todo el grupo que ya ha empezado a conglomerarse, lobos y cazadores.—Esto no cambia nada—les digo—ya hemos hecho nuestro plan confiando en que el ritual había empezado, estamos preparados, sabemos lo que debemos hacer, no permitamos que esto quite el objetivo de nuestra mente.Poco a poco los guerreros empiezan a calmarse, la ansiedad se convierte en determinación y me doy cuenta que no vamos a estar más listos para la batalla de lo que estamos ahora.Leonard a mi lado aprieta mi mano y cuando lo miro veo el orgullo brillando en sus pupilas y ese sim
Evelyn3 años atrás.—¡La hija de un traidor!—¡Debería morir!—¡No merece vivir!El frío se clava en mis huesos como un recordatorio de lo que soy nada .Estoy en el centro de la manada, rodeada de innumerables ojos llenos de odio. Sus susurros son como el siseo de serpientes, enredándose en mis oídos.Y lo que más me aterra es el hombre frente a mí: el Alfa.Su voz retumba como un trueno, llena de autoridad y crueldad.—Nunca saldrás de aquí, Evelyn —Hace una pausa, su mirada afilada como una espada—. Pagarás con sangre la traición de tu padre.Miro a mi lado, donde mi padre está arrodillado. Él fue el Beta de la manada, un guerrero valiente, un líder respetado. Ahora, está encadenado, con la cabeza baja, en silencio.Su silencio me destroza el corazón.—Papá… —susurro, temblando—, di algo…Pero él no me mira, ni siquiera se mueve.La sentencia del Alfa cae como un martillo, destrozando mi última esperanza.—Por tu traición, se te destierra de estas tierras. Y como tributo por t