Aiden (Omega de Ezekiel)
El destino tiene una jodida forma de ponerte las cosas delante de tu hocico cuando menos lo esperas.
Estaba en esta aldea de mierda solo para conseguir un poco de alimento, antes de seguir mi ruta hacia Nightfall. Nada fuera de lo acostumbrado: la gente apesta a sudor, la tierra es húmeda y el aire tan espeso como solo los humanos saben crear con sus miserias.
Pero, entonces, algo cambió…
Primero fue la sensación. Ese cosquilleo que se cuela por debajo de la piel, que te hace erizar el lomo. La advertencia de que algo no estaba bien, seguida a los gritos que comenzaron a soltar los aldeanos.
Y, un segundo después, lo veo…
¡Un niño!
Corre entre los puestos del mercado, con el cabello negro enmarañado y los ojos grises, que brillaban como dos diamantes, como la luna misma. Parecía un crío cualquiera, sin más…
¡Hasta que su esencia llega a mí!
¡Alfa! ¡Es un Alfa!
Pero no cualquiera…
Su aura era… intensa, salvaje. Algo que no encajaba con su imagen infanti