Con mi cabello y cabeza colgando, me doy cuenta de que ahora parezco un mono y noto que tanto Lisbeth como Tayler se han estado riendo por la situación que, francamente, es más allá de bizarra. No los culpo...
Alzo mi cabeza y me topo con la mirada calculadora de mi suegro sobre mi persona, como si estuviera pensando en qué hacer.
-Eres bastante ligera, muy delgada aunque fibrosa, ¿cuánto pesas? ¿Setenta y cinco kilos?
-Ochenta, el músculo pesa mucho más que la grasa.
-Eso es cierto y no veo grasa en ti.
-Esto es bastante ridículo, ¿no? ¿O solo me parece a mí?
-Estaba evaluando tu técnica: tienes buen agarre y tu fuerza es considerable, aunque imagino que no estás usándola toda. Por la forma en la que siento tus talones firmemente clavados en mi costado, y el aumento en cuanto te levanté, sé que te estás conteniendo bastante. Para mí, eres liviana, por eso pude ponerme en pie aún así, sumado a que no estás usando toda tu fuerza. Sospecho que podrías romperme las costillas si utili