Alexis:
Salía del despacho, de terminar una video llamada con Val. Mi hijo está muy desanimado, el acuerdo de embarazo entre él, Sonée y Mischa lo tiene tirado por los suelos, y los Fiori están buscando pleito de nuevo.
Me paso la mano por la cara.
Esa gente no va a para de joder hasta que mi hijo se vea en la penosa necesidad de aniquilarlos a todos.
Ni siquiera la noticia de que su hermana ha aparecido y está con nosotros calma la avaricia de Giulio Fiori.
Estaba por subir a mi habitación, cuando por la puerta principal, entregaron las nanas, trayendo a mis nietos y el llanto de los bebés era tan desgarrador que me recordaron a Víktor. En sus primeros meses, cuando intenté criarlo por mi cuenta y sin su madre, y yo intentaba consolarlo con biberones y leche que no era la adecuada.
—¿ Qué sucede?- interrogué a las nanas, y ellas temblaron al verme.
Rodé los ojos, impaciente.
—¿Dónde está la madre de los mellizos?- insistí.
Una de ellas, se acercó y manteniendo la vista fija en el sue