Zaneth:
Rose me ha llamado y yo a Kilie.
Estamos las tres en el apartamento de esta última y mientras yo oprimo mi bastón entre mis dedos, Rose llora como pecadora en un confesionario, en lo que Kilie intenta consolarla.
—¿Qué hago ahora?- solloza ella, sonándose la nariz.- esa maldita bruja y el cretino de su hijo tienen a mis bebés.
La voz de Rose se quiebra cada vez que habla, y si mis instintos no me engañan, debe tener la cara bañada en lágrimas y ha de estar mocosa. El sufrimiento siempre hace que una persona se ponga horrible cuando llora.
—Ellos no le harían daño a Baby y Viktor. Son su abuela y padre, después de todo.
—Pero yo los quiero de vuelta. ¡Maldición! Ayúdenme. Por favor, ayúdenme…¿Qué puedo hacer? ¿ Cómo los recupero?
Rose suena desesperada.
—Tengo dinero ahora. Millones de euros para ser exactos. ¿ Podría interponer una demanda para impugnar el acuerdo prenupcial?
—Me temo que no podrías. A menos que presentes evidencias de que lo firmaste bajo amenazas y coacción.