Como olvidar ese rostro; como olvidar cuando su arma apuntaba directamente a mi, su sonrisa hipócrita y su mirada llena de odio, ese era el último recuerdo que tenía de Diara y ahora estaba de vuelta.
Cerré la puerta detrás de mí, con el propósito de que los chicos no se dieran cuenta. Afuera ya era de noche y agradecí que no hubieran personas caminando —Hola Diara, tantos años sin verte, veo que sigues siendo la misma —su aspecto físico no había cambiado mucho, su cabello pelirrojo y corto; su rostro bien cuidado y vestida de manera elegante,
—Pero veo que tú si has cambiado mucho, ahora eres toda una mujer hogareña… así que aquí te ocultabas. Déjame decirte que fue un buen lugar, ya que durante todo este tiempo Dominic