Al día siguiente por la mañana, en la amplia habitación de Oliver, yacía Axel Black y él profundamente dormidos, habían pasado una noche bastante apasionada, y no estaban conscientes de la hora.

Bajo las suaves colchas se encontraba el mafioso abrazado al CEO, Oliver tenía su cabeza en el pecho del Alfa, sus piernas también estaban entrelazadas con las del apuesto ojiazul. Ellos dormían profundamente.

— ¡Oigan, no ha llegado Oliver, el debía relevarme para seguir el monitoreo de las cargas, yo tengo toda la noche aquí y ya casi son las doce del día, ese idiota me va a escuchar apenas lo vea venir! — El joven mafioso Degél, estaba muy molesto, moría de sueño y todavía no había podido ir a dormir un poco.

— Es extraño que no se haya reportado, ¿Ya lo llamaste, Degél?

— ¿Tú qué crees, Emill? Por supuesto que lo llamé, Pero el teléfono me manda a buzón.

— Seguro que se quedó dormido, ayer que se fue de aquí se veía muy cansado, Denle un poco de respiro. Degél sube a dormir,