Siempre mío...
El CEO Black caminaba a paso seguro y firme, vestía de traje, guantes, y llevaba un abrigo sobrepuesto sobre sus hombros, su oscuro cabello estaba peinado perfectamente, solamente un mechón adornaba su frente, haciéndolo lucir atractivo, misterioso y muy sensual.
— !CEO Black, no puede pasar, por favor retirese de la villa, usted no es bien recibido aquí por mi señor!
El CEO lo oía pero no lo escuchaba, el mayordomo no lo iba a detener. No demoró mucho en llegar hasta el comedor, allí pudo ver a Oliver bebiendo de una copa de vino y comiendo su cena.
— ¿Con que te fuiste de viaje a Alaska, eh? Soy yo, Axel Black, ¿Por qué demonios prohibiste mi entrada aquí? — El hombre estaba molesto y se veía muy molesto.
— ¿Pero qué...? ¿Cómo te metiste? Voy a redoblar, no, a triplicar la seguridad de mi residencia. Es muy noche, tuve un día muy pesado de trabajo, solo quiero cenar e irme a dormir, lo que sea que quieras decirme que sea otro día. — Dicho esto el mafioso quitó su mirada de