En la habitación de la villa de Egon, la discusión acalorada seguía. El hombre no podía creer lo que estaba escuchando. Lo estaban avisando de algo que no había hecho.
— ¿Qué dijiste? A ver repitelo que creo que escuché mal. — El hombre se ponía la mano en la oreja simulando querer escuchar mejor.
— !Que si me robaste la virginidad no te vas a salir con la tuya, me vas a responder como hombre!
— Pero ni siquiera te toqué, tu si que te volviste loca, ¿Eh? ¡Tú lo que estás tratando es de pescarme pero no te va a funcionar!
— Poco hombre, ¿Cómo le hablas así a una mujer? !Seguro que por eso te han dejado, por qué no le das la talla a una mujer decente!
Eso le pegó demasiado en el orgullo a Egon, su mirada se oscureció, se fue acercando poco a poco a Cecilia, la cargó en sus brazos y la subió a su cama.
— Espera... espera. ¿Qué estás haciendo?
— Te voy a demostrar que tan hombre soy cuando tocó a una mujer.
Egon besó a la bella Cecilia, la fue envolviendo en una atmósfe