Desde que llegamos al departamento de Xavier, no he dejado de pensar todo lo que me ha ocurrido en mi vida en mis últimos días y no es porque este muriendo, sino porque para mí es como si apenas empezara a vivir. He tratado de recordar mi pasado, por más que lo intente no puedo acordarme de nada lo que se dice nada.
Xavier se ha mostrado comprensivo y evasivo con algunos temas, sin embargo no pienso quitar el dedo del renglón, de alguna u otra forma sabré lo que me está queriendo ocultar. Dayana siempre me decía que las cosas no eran como aparentaban y la paciencia debía de ser mi mejor aliado si quería lograr que los demás me dijeran la verdad.
Al principio me sentía un poco incomoda, pero gracias a él, un trago de alcohol nos sirvió para tranquilizarnos y entrar en confianza. Casi no tomo, pero cuando lo hago no dudo en divertirme a lo grande y es precisamente lo que pienso hacer el día de hoy.
Por los pequeños no debo preocuparme, mi madre y Dayana se encargan de ayudarme a cuidarl