138. Objetivo alcanzado
Leonardo
«Gracias a todos por su presencia», dije cerrando la reunión con tono firme. Observé a los directivos levantarse, saludarnos rápidamente y salir uno a uno. Cuando la sala finalmente quedó vacía, me giré hacia Amber con una sonrisa provocadora. «¿Ves? No fue tan difícil».
Ella soltó una risa corta e incrédula, recostándose en la silla. «Habla por ti», replicó meneando la cabeza. «Todavía me tiemblan las piernas».
Me senté en el borde de la mesa, frente a ella, y tomé su mano entre las mías. Sus dedos aún temblaban ligeramente y eso me hizo querer calmarla de todas las formas posibles. «Vamos por buen camino», murmuré acariciando su palma con el pulgar. «Pronto todo volverá a ser como antes».
Amber ladeó la cabeza; sus ojos se clavaron en los míos. «¿Y el antes era mejor que ahora?», preguntó con voz suave, pero cargada de una curiosidad sincera.
Dudé un instante, considerando la pregunta. La intensidad de su mirada siempre me desarmaba. «No», respondí al fin soltando un suspir