69. Yo las amaba a ambas.
— ¿Quién eres?— pidió Ana al ver como aquella mujer que se parecía tanto a su hija mantenía a los pequeños atados y amordazados.
Ella no estaba en una situación mejor, aquella mujer que se parecía tanto a su hija la tenía atada, pero ella no le puso una mordaza.
— ¿De verdad todavía no descubres quien soy, madre?
— Deja de mentir, tú no eres Maryam, no me llames madre, ella jamás trataría así a sus hijos.
— Es verdad, no soy Maryam, pero si soy tu hija.
La mujer negó, estaba segura de que por mucho que esa mujer se pareciera a su hija, ella no había tenido más que dos, y las dos eran muy distintas entre ellas.
— Yo solo tengo dos hijas y tú no puedes ser…
— ¿Sahira, eso ibas a decir, verdad?
Si Ana no hubiera tenido las manos atadas se las estaría llevando a la boca en ese precisó instante, ¿Era posible que eso fuera cierto?
Ana no podía creerlo, su hija, su amada Sahira se encontraba ahí frente a ella, las lágrimas de la mujer se hicieron presente, porque sin importar nada ella siemp