Capítulo 3

DEMIAN LANCASTER:

Miro mi rolex que marcan las 21:30 de la noche y luego alzo mi vista a la montaña de trabajo.

《 nesesito whisky... o mejor un café 》

Me levanto a buscar algo de cafeína para no morir de agotamiento pasando de largo la barra de bebidas en mi oficina.

Si no fuera por ese maldito vegestorio que huyó a no se donde, estaría descansando en algún lugar con una sensual mujer y mucho whisky.

《 Parece que hay una migración de la tercera edad... es raro que el otro vegestorio también desapareciera sin decir nada 》

- Señor — me habla mi asistente entrando a mi oficina — ¿A donde va? — me pregunta viendo que esta en mi camino

- Sal de mi camino, voy por café — le gruñó con muy poca paciencia.

Se corre de inmediato pero al salir, el idiota de Astor me sigue con cara de que quiere decirme algo.

- Habla de una vez - le vuelvo a gruñir.

- El señor Durand volvió, esta en su casa — titubea — Y la Señorita Magdalena esta afuera pidiendo verlo — me dice sin mirarme a la cara.

Mi humor se va para el carajo, y de por sí ya estaba mal, ahora estoy mucho peor.

- Saquenla y si se resiste tirenla afuera a la fuerza — lo fulmino con la mirada — ¡No quiero basura cerca en mi casa!

Me doy la vuelta llendo denuevo por mi café.

《 Odio a la gente que no entienden su lugar 》

Tomó mi café de un sorbo y vuelvo a mi trabajo.

De reojo veo que vuelve a entrar el idiota que no toca la puerta como siempre. Niego creyendo que realmente esta buscando que le pegue un tiro y vuelvo a seguí con mi trabajo.

Las horas se me pasan volando que sin darme cuenta ya van a ser las 2 de la mañana pero por fin termine todo el papeleo de las empresas.

Miro a mi costado notando que Astor me dejo más carpetas para revisar.

《 ...si no regresa para mañana, mejor que ni vuelva porque lo voy a desaparecer yo mismo 》

Dejo el resto para mañana y con mucho cansancio voy a mi habitación. Me tiro a la cama con ganas de no ver el sol salir, de ser posible por una semana, cayendo dormido en cuestión de segundos.

HORAS DESPUÉS

- ¡¡Tiiiiiinnh!! - suena la alarma.

- M*****a sea - manoteo el maldito despertador estrellandolo contra la pared.

《 Voy a matar a ese viejo cuando vuelva 》

Maldigo levantándome para prepararme para otro día de trabajo el cual no termina nunca.

Se suponía que yo solo supervisaba todo lo referido a las obras, fábricas y negocios del país pero desde que mi padre adoptivo se fue de vacaciones sin avisar previamente a nadie, tuve que hacerme responsable también de las empresas y negocios en el extranjero desde hace 3 semanas.

- Señor esta todo listo - me avisa Astor apenas lo veo

- ...bien - camino hacia mi oficina.

Al entrar me encuentro con la montaña de papeles que abandoné a la madrugada pero creo que ahora esta más grande por lo que miro a Astor buscando una explicación.

- Son los informes de los nuevos proyectos que tienen que ser revisados - me cuenta seriamente viéndome con las mismas ojeras que las mías.

Suspiro sentándome en mi silla y una vez más empezando a leer.

Pasa alrededor de una hora asta que suena mi celular y cuando veo quien es, contesto al instante.

- ¿Donde están? - le gruñó a uno de los guardaespaldas de ese vegestorio.

- Lo siento señor, pero tenía prohibido comunicarme con usted y cualquiera de la organización — escucho que toma aire — El Señor Lancaster me mando a decirle que no lo sigan buscando, que se quedara unos días más de vacaciones — me lo dice rápidamente y antes de que pueda gritarle que me lo pase me corta.

《 ¡¡ME VOY A VOLVER LOCO!! 》

Pego el celular fuertemente contra el escritorio con ganas de estrangular a Dionicio por la decisión que tomó de mandar todo a la m****a por unos días de descanso, como si esto fuera un puto juego sin importancia. Y justo ahora que estamos expandiéndonos y teníamos muchísimo más trabajo que no puedo dejar que cualquiera supervise.

- Y eso que me importa, averiguarlo tu mismo — la voz de Astor me hace levantar la vista hacia él.

Lo veo gritar enojado no se que m****a y al final termina cortando.

Hago una mueca notando que a los dos solo nos llamaron para cagarnos la mañana.

- Astor — lo llamo para que me preste atención — el Señor Lancaster se tomará unos días más de vacaciones — le cuento para que vaya preparándose porque vamos a morir trabajando encerrados en esta oficina

Sus ojos parecen que se van a salir de sus cuencas, poniendo una cara que me dan mucha gracia.

《 ...creo que ya no se si reír o llorar 》

- ¿Malas noticias también? — le pregunto para que cambie de expresión

Me mira confundido y le señaló el celular que sostiene en sus manos.

- ¡Oh! No, fue solo Derek que me llamó para decirme una pendejada sobre que el señor Durand trajo consigo a una joven y un niño que parece que vivirán ahora con el — se frota el entrecejo — Y me pregunto si esa joven es familiar del señor — dice fastidiado con las estupideces de su hermano menor.

《 ...él no tiene familia 》

Arrugo mis ceja recordando que eso fue lo que me dijo. Pero niego olvidándome de lo que no me incumben y vuelvo a trabajar.

ANASTASIA:

Suspiro sentada en el auto con ganas de volver y esconderme en la casa del abuelo para que nadie me vea nunca más.

《 ¿por qué justo cuando saliamos tenía que aparecer un cliente del café? Será que estoy m*****a 》

- ¿Estas enojada conmigo hermanita? — Benjamín me mira con ojos de borrego a medio morir — No quise romper tus lentes... perdóname — termina por disculparse por haber pisado mis lentes por error.

Vuelvo a suspirar resignada y con una gran sonrisa lo abrazo con fuerza.

- ¿Por qué estaría enojada? Fue un accidente — me alejó para verlo a los ojos — Puedo comprarme unos más lindos — le sonrío dulcemente para que no se sienta culpable.

El asiente y me devuelve el abrazo ocultándose en mi pecho como un lindo gatito.

《 ...debo comprar unos nuevos antes de que alguien más me vea 》

- Ya llegamos - nos avisa el abuelo haciéndonos verlo.

Con emoción Benjamín baja del auto y toma mi mano para seguir juntos al abuelo que nos lleva a un centro comercial de compras.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo