Capítulo treinta y uno: Salvándote.
De camino; Matt dejó en claro un par de cosas que debía hacer sin peros y cuando estábamos a una cuadra este apagó el motor y los cuatro salimos del auto para seguir a pie, pasamos el alambrado y seguimos caminando; agachados, el lugar era bastante amplio con una casa de dos plantas y un granero bastante espacioso.
En un momento todos nos tiramos al piso al ver como la puerta de la casa principal se habría y salían dos hombres, ambos se dirigieron hacia el granero. Matt le hizo un gesto a Dilan y Renata para que investigaran dentro de la casa, mientras él se dirigiría hacia el granero donde estaban esos hombres.
Yo me quedé tirada en el pasto, atenta a ambas partes con el teléfono en la mano para avisarles si veía algo sospechoso.
Podía observar cómo Dilan y Renata iban por cada parte de la casa a oscuras, sus siluetas eran claras para mí en las ventanas, por el otro lado Matt se había camuflado bien, no lograba verlo por ningún lado.
Los minutos pasaban a paso rápido y yo ya