Capítulo treinta y cinco: El golpe olvidado.
Al llegar a la uni lo llevamos agarrado hasta su residencia, Luca estaba demasiado ebrio como para mantenerse en pie solo, pero unos metros antes de llegar noté una silueta extraña; sentado en uno de los bancos,
— Shhh por favor, Luca; baja la vos— le pedí inútilmente,
— ¿Porr cue hadita? — volvía a preguntar con dificultad, Lu le tapó la boca y contesto,
— Silencio; ahí alguien sentado ahí.
Él volvía a hacer ruidos cómicos con la boca tapada sin prestar mínima atención a nuestras palabras, cuando estábamos a unos metros de distancia pude reconocer a la persona que estaba sentada en el banco; era Jesua, este se levantó de golpe y tapándonos el paso quedo frente a frente con Luca que estaba en el medio de nosotras agarrado.
— ¿Te divertiste? —le preguntó con calma,
— Por favor Jesua, este no es un buen momento para hablar— le dije intentando que se apartara del camino,
Él solo ignoró mis palabras y volvió a dirigirse a Luca,
— ¿Acaso no puedes mirarme a los ojos y res