Capítulo sesenta y uno: El huracán.
(Al otro lado del océano)
William volvió a mirarme seriamente,
— Antes de responder cualquiera de tus preguntas tienes que prometerme una cosa— asentí con la cabeza y dejé que prosiguiera,
—Te responderé dos preguntas por semana.
Cuando quise protestar, él me pidió que hiciera silencio y continuó hablando,
— Responderé todas tus dudas, pero dos preguntas a la vez; a medida que te vayas mejorando, te irás enterando de todo poco a poco, ¿está bien?
Dado que no iba a ceder por más que insistiera, terminé aceptando el trato,
— Bueno, escucho tu primera pregunta.
Luego de pensarlo seriamente pregunte,
— ¿Por qué no recuerdo nada, ni siquiera mi nombre?
Él se acomodó en su asiento para luego responder,
— Hace dos años y medio, tuviste un accidente; producto de él, quedaste en coma. Por esa razón perdiste la memoria y tu nombre es Fernanda— por fin encontraba una respuesta, sabía mi propio nombre,
— ¿Qué relación nos une, acaso somos familia o amigos?
— Bueno