Aunque no hacía frío, Oliver sí que sentía que los huesos se le helaban. Por primera vez en su vida no supo cómo reaccionar a algo, y ya había pasado por muchas cosas en su vida como para que algo así lo afectase tanto.
Cerró los ojos, no quería que el abogado fuera testigo de su pérdida de control.
Quentin Spyrou sí que sabía hacer un gran final, incluso desde la muerte le hacía la vida imposible. Respiro lentamente para tratar de calmar sus pensamientos. El abogado de la familia le había dado una noticia que jamás en su vida se hubiera imaginado. No de la persona tan recta que siempre le recordaba de mantener las apariencias. Que siempre juzgó su actuar tan impulsivo. No de quien le calzó y le vistió.
Hipócrita. Eso es lo que era, ¡Un maldito hipócrita!
Su padre, Quentin Spyrou, tenía otra familia. Una familia secreta a la que mantuvo al margen durante poco más de veinte años, engañando a su madre, a él mismo y a sus hermanos. Engañó a todo el mundo y nadie se dió cuenta hasta q