Capítulo 23

Cuando salieron del juzgado, Janeth respiró el aire veraniego y tosió cuando el calor le llegó a los pulmones. Junio en Arizona era como entrar en un horno.

—¿Estás bien? —preguntó Ray, presionando una mano en la parte baja de su espalda.

Janeth asintió. Bajaron los escalones de piedra del juzgado hasta el todoterreno aparcado en la acera. Brian se quedó esperando. Abrió la puerta trasera para permitirles entrar antes de dirigirse a la parte de atrás para que Max saltara. El perro dio unas cuantas vueltas antes de tumbarse.

—¿Qué tal si almorzamos? —preguntó Ray, acercándose para enhebrar sus dedos con los de ella en el asiento entre ambos.

Janeth sonrió.

—Estoy cansada.

—Te llevaré a casa en un rato. —Brian se subió al asiento del conductor—. Ahora mismo, tenemos una cita para comer con el detective Marsh.

—¿Dónde? —Janeth preguntó.

—He reservado un salón privado en el restaurante Dory's. Marsh se reunirá con nosotros allí.

—Supongo que eso significa que tienes una pista.

Brian se
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