120. ¿Cuál mate elegirás?
Estaban listos para enfrentarse a lo que viniera.
La oscuridad se sentía densa en el interior de la manada de Fuego, como si la noche hubiese descendido antes de tiempo. El aire tenía un olor agrio, metálico… a sangre y desesperación. Mientras Dayleen avanzaba por el pasillo principal, flanqueada por Xavier y Sebastián, podía sentir cómo algo oscuro la observaba desde dentro del vientre de otra mujer.
Aria.
Los soldados los guiaron con rapidez hasta la antigua sala de la Luna, que ahora servía de cuarto de reposo para la mujer caída en desgracia. Al entrar, el calor del fuego en la chimenea no lograba disipar el frío que se sentía en el alma.
Aria estaba tendida sobre un colchón de pieles, con el vientre grotescamente hinchado, casi deformado por las venas negras que trepaban por su abdomen. Su piel estaba pálida, sus labios entreabiertos, y el sudor empapaba su frente. Murmuraba cosas sin sentido.
La Sacerdotisa de la manada se acercó al grupo y les hizo una reverencia leve.
—Es