Bella…
Me desperté aturdida. Me pesaban los ojos al intentar abrirlos. Tosí, sintiendo como si me ardieran los pulmones. Tenía la garganta seca y me dolía todo el puto cuerpo. Intenté moverme, pero no pude; estaba atada a una puta silla. Las cuerdas de los brazos y las piernas me cortaban la piel y me costaba moverme. Sabía que ahora debía ser fuerte. No puedo mostrar miedo a quienquiera que se haya atrevido a secuestrarnos.
Tengo que averiguar dónde estábamos y si Ace y los demás están bien, sobre todo Val.
Miré alrededor de la habitación que olía a sangre y sudor. Aquí es donde torturan y matan a la gente. ¿Quién coño nos secuestró? Tengo que encontrar a Ace. Me concentro, tratando de enfocar mientras miro alrededor de la habitación y entonces mis ojos se posan en Ace. También estaba atado a una silla y seguía inconsciente. Mierda. Tengo que despertarlo. Tenemos que idear un plan para salir de aquí.
“Ace”, intenté gritar, pero mi voz sonaba ronca al llamarlo. No se despertaba. Ti