Capitulo tres

Olivia

Miro fascinada el hermoso paisaje que está a mí alrededor desde la ventana de mi habitación. El viñedo de mis abuelos es hermoso, me encanta que la casa tenga un panorama esplendido de las plantas de uvas y de los caballos que usan los trabajadores para poder trabajar más cómodamente en el enorme terreno del viñedo.

Son más dieciocho hectáreas de tierra, mis abuelos las compraron por un buen precio cuando regresaron a Italia. Mi abuela siempre le gusto el campo y la naturaleza así que cuando descubrió que había un viñedo abandonado y destruido no dudo en hacer una inversión con mi abuelo y comprarlo. Muchos pensaron que era una mala idea, incluso mi madre intento prevenirlos pero mis abuelos son tercos y pusieron todos sus ahorros para hacer posible su sueño.

Y sorprendentemente funcionó. El viñedo funciona activamente desde hace unos once años y es uno de los veinte mejores en toda Italia.  Me encanta correr por el viñedo y sobre todo montar a caballo alrededor de las tierras. Al parecer soy la única además de mis abuelos que parecen disfrutar de las tierras y la naturaleza, mis tíos y mis primos están acostumbrados a las enormes ciudades y al clima frio, cuando vienen de visitar están mas ansiosos por irse que por disfrutar del hermoso viñedo.

Mis abuelos me dijeron que descansara pero no puedo hacerlo viendo el paisaje a mi alrededor. Termino de desempacar y guardar toda mi ropa en el pequeño armario de mi habitación. Esta casa es hermosa, mis abuelos me contaron que estaba en ruinas cuando ellos compraron el terreno, la remodelaron e hicieron a justes para que fuera su hermoso hogar. La casa tiene cinco habitaciones,  un estilo antiguo que le otorga carácter, por toda la casa se nota el amor de que mis abuelos le pusieron para convertirla en su hogar, se aprecian fotos de mis tíos y varias etapas de su vida en toda la casa.

Mi habitación está en el segundo piso, tiene un hermoso color blanco en las paredes un armario pequeño pero lindo y un baño espacioso, por toda la habitación hay fotos de mi padre y algunos juguetes de él y de mis tíos. Mis abuelos decoraron esta habitación de este modo como un tributo para poder recordarlo y me encanta estar aquí y poder sentirme cerca de mi padre. A pesar de que ya no este conmigo. 

Voy en busca de mi abuela, que está en el lugar que imagine en la cocina con algunas empleadas preparando la comida. No soy de cocinar, sino de comer. Mi comida no es muy buena y siempre quemo todo lo que hago cosa por la cual en la casa no puedo tocar la cocina por órdenes de Tony.  Pero me hice la promesa de que en estas mini vacaciones aprendería algo de la abuela, espero poder lograrlo.

Y no quemar la cocina de la abuela en el proceso.

— ¿Te puedo ayudar abuela?—pregunte sacándole una sonrisa a mi abuela. Gianna Rossi es una de las mejores cocineras italianas que hay, no lo digo solo porque sea mi abuela sino porque tiene muchos trofeos en vitrinas que los exponen en la sala de estar orgullosa para que todos los vean, todos concursos de cocina que siempre ha ganado.

Y estoy dispuesta a aprender de la mejor. La comida italiana es una de las mejores del mundo y mi abuela tiene en sus manos recetas que han pasado de generación en generación, por supuesto ella le da su propio toque para que la receta se reinvente, sin perderse.

—Por supuesto, caro—me hizo una señal para que fuera a revolver la salsa que estaba preparando, me pasó la cuchara de madera y me dijo que no me detuviera de revolver mientras ella le agregaba los ingredientes—Tienes que aprender a cocinar para que algún día lo hagas con tu marido—

—Abuela tengo dieciocho no estoy pensando en casarme—una imagen de mi con Tony, Kane y Shane esperándome en el altar de la iglesia apareció en mi mente, pero así como aprecio se fue rápidamente.

—La edad no es un impedimento cuando el amor es verdadero—dice mi abuela mientras me da las instrucciones de poner la salsa en una cacerola que quiere llevar al horno. Bueno, tiene sentido que mi abuela piense eso, después de todo ella se casó con mi abuelo cuando tenía diecisiete y el veinte.

Mi abuela venia de una familia poderosa y rica. Lo contrario era mi abuelo que era hijo de la empleada de limpieza de la casa donde vivía mi abuela. Los dos se enamoraron perdidamente y se fugaron cuando el padre de mi abuela se enteró de su relación y decidido llevar a su hija al extranjero.  Ninguno miro hacia atrás después de todo mi abuelo estaba estudiando y trabajando, además contaba con el apoyo de toda su familia. Fue difícil mi abuela fue deshereda y olvidada en su familia como si estuviera muerta. Un día le pregunte si cambiaria algo de eso y su respuesta me sorprendió.

El amor tiene muchas pruebas y si de verdad quieres a alguien estas dispuesto a pasar cada una que se te interponga en tu camino.

Esa frase que me dijo quedo marcada en mi mente, sobre todo cuando Kane se fue.

—Pero a veces hay amores que son imposibles— le dije a mi abuela. Ella sabía a qué me refería, era la única a la que le confesé mi amor por mis hermanastros.

—No creo que sea imposible caro, solo que el verdadero amor aparece cuando uno menos se los espera—sonrió mientras llevaba la olla al horno— ¿Qué tal unas galletas con helado mientras esperamos a que la comida este lista?—

Sonreí mientras me daba el enorme envase lleno de helado casero que ella misma hacía, les dio instrucciones a sus trabajadoras para que terminaran la comida mientras nosotras íbamos a la sala de estar con las galletas y el helado.

Metí una galleta con helado a mi boca y gemí por el sabor. Las galletas de chipas de chocolate y el helado de fresas de mi abuela es un verdadero paraíso de azúcar.

—Esto es delicioso, abuela—dije mientras le daba otro mordisco a la galleta.

—Sabía que te gustaría de niña no dejabas de comer mis galletas—dijo nostálgica—Me recordó mucho a tu padre—

Suspiro mientras veía un cuadro de la familia de un par de años atrás.

—Me recuerdas mucho a tu padre, caro—sonreí dolía un poco escucharlo porque mi padre ya no está. Pero es algo que particularmente escucho de mi familia paterna, mi cabello, el color de mis ojos todos son rasgos de una Rossi—A pesar de que el no este me alegra poder tener un pedacito de el conmigo—

La abrace, hablamos un poco de mi padre y de como era de niño y por supuesto de mi parecido con él.  Después pasamos el tiempo viendo una película y comiendo helado y galletas, hasta que la comida estuvo lista y todos nos dirigimos para comer la cena.

Me sorprendí un poco cuando mi abuelo me sirvió una copa de vino para acompañar mi comida. Por supuesto, aquí en Italia no era ilegal para mi tocar alcohol como en cambio lo era haya en florida.

—Ese es un nuevo vino en el que estamos trabajando tu abuela y yo—sonreí mirando a mis abuelos mientras tomaba un sorbo.

Es. . . magnifico.

La suavidad del vino era una delicia,  una nota delicada de alcohol se sentía al principio. Perfecta para acompañarlo con la comida además no era tan fuerte lo cual fue ideal para poder tomar mis primeros sorbos de alcohol.     

—Es delicioso abuelo—dije cortando un pedazo de mi carne.

—Sabía que te gustaría—dijo.

— ¿Puedes ir con tu abuelo mañana para que lo ayudes con la fabricación de vino?—dijo mi abuela sonriéndome.

Que bien me conoce. Porque esa es una de mis actividades preferidas cuando vengo de visita.

—También podemos dar un agradable paseo a caballo para llegar a las instalaciones de la planta más rápido—me ofreció mi abuelo.

—Me parece perfecto—dije tomando otro sorbo de mi vino, y haciendo una nota mental para pedirles que me dejen llevar unas dos botellas de regreso a casa, me encantaría saber la opinión de Tony sobre el vino siempre tiene una copa para acompañar su comida y es muy crítico al respecto.

Estaba emocionada por fin podría recorrer el viñedo y de mi forma favorita a caballo, tal vez incluso pueda ir al pequeño huerto de mi abuela, siempre le ha gustado la comida orgánica así que ella misma planta la mayoría de la comida, fruta y vegetales frescos.

Después de comer me dirigí a mi habitación para poder descansar. Pero antes decidí escribirle un mensaje de texto a Tony para avisarle que ya había llegado, decidí no extenderme o llamarlo porque en este momento debería estar en el trabajo. 

Hola. Antes de que preguntes el viaje estuvo bien y mis abuelos están felices de tenerme aquí.

Para mi sorpresa la respuesta llego enseguida.

Me alegra que estés bien, corazón. Disfruta este tiempo para descansar y divertirte.

Sonreí ante su mensaje. Tony siempre es el más atento  a diferencia de Shane y Kane que son más serios y distantes.

Así lo hare.

Cuando termine de contestar el mensaje decidí guardar el teléfono para poder dormir. Soy de las que se entretiene mucho con el celular y si no me desconecto a tiempo puedo estar un par de horas metida en mis redes sociales y perdiendo el tiempo. No quiero despertar tarde, sino mi abuelo se iría a la bodega sin mí debido a que siempre se despierta temprano para comenzar con el trabajo en el viñedo. 

En la mesita de noche veo una foto de mi madre el día de su boda con mi padre. Ahora ella está en el cielo con mis dos padres. El que me dio la vida y todo su amor mientras estuvo conmigo y quien me crio como si fuera su propia hija.

Tomo el marco con la foto y lo pongo en mi pecho para poder descansar. Puede sonar raro para algunos pero tuve el mejor sueño de mi vida, me sentí conectada con las personas más importantes en mi vida.

Sé que están conmigo a pesar de que ya no pueda verlos. Pero me han dejado bonitos recuerdos y una familia grande y amorosa. Dicen que el tiempo lo cura todo pero a pesar del tiempo que ha pasado siento que las heridas que tengo son profundas, pero quizás sea porque no he aceptado la muerte de mis padres.

En especial de mamá

La extraño tanto necesito sus consejos y su presencia ahora más que nunca. No solo era mi madre, sino mi mejor amiga, mi confidente. Y ahora que no está siento un dolor muy grande en el pecho, uno que a pesar del tiempo no sana y no se realmente si alguna vez lo hará.

Pero tampoco puedo pasar mi vida en el pasado llorando a mis padres, no es sano y me lastima. Necesito pensar en el presente, quedarme en la actualidad y pensar en mi futuro por más  difícil que pueda ser. 

El tiempo pasa rápido y después de unas cuantas horas me despierto. Enseguida me dirijo al baño hacer mis necesidades y a tomar una buena ducha. Luego me cambio, me coloco una camisa con mangas blanca y unos pantalones poco ajustados debido a que planeo hacer varios trabajos con mi abuelo y necesito más movilidad. Extrañamente el cambio de horario no me afecto tanto como pensé que lo haría, así que puede dormir bien.

Bajo hasta la cocina donde mi abuela ya se encuentra con dos trabajadoras preparando el desayuno. Mi estómago gruñe al sentir los delicioso aromas de su comida.

—Buongiorno nonnna— saludo a mi abuela que felizmente  me abraza.

—Buona giornata, tesoro— me dice sonriendo—lista para preparar un desayuno nutritivo para comenzar el día—

—Por supuesto que si—dije.

No solo quiero aprender a cocinar quiero demostrarles a Kane, Tony y Shane que puedo hacer más que arroz quemado y hervir agua. Los voy a impresionar con la comida de mi abuela y sobre todo a Tony que es el que cocina en la casa y el mismo que me prohibió que no pisara su cocina. Pero bueno, no me puedo quejar me lo merecía después de haber provocado un incendio en la cocina y también una pequeña explosión en el horno cuando intente preparar un pastel que salió muy pero muy mal.

Mi abuela decide enseñarme hacer cruasán, algo un poco loco considerando que no se cocinar pero mi abuela es paciente conmigo y me enseña todo paso a paso.

—Además si esta sale mal ya hay una bandeja en el horno—dice riendo mientras a maso la masa. Es más difícil de lo que creí pero pronto nuestros cruasán están en el horno.

—Se ven bien— digo sorprendida de que en realidad no se hayan estropeado.

—Necesitas más confianza en ti misma cuando se trata de la cocina, caro no eres tan mala—dice mi abuela a lo que asisto porque sé que tiene razón— ¿Qué tal si comemos los que están listos con una taza de café? tú abuelo debe de estar esperándote— 

—Me pare perfecto—no puedo negar que este es un buen desayuno un delicioso pan con café que me hace suspirar de satisfacción con cada bocado. No me cabe duda de que las manos de mi abuela son mágicas porque solo ella puede hacer una buena delicia como la que tengo en mis manos.

Después de ese rico y sencillo desayuno voy en busca de mi abuelo que según mi abuela ya está en la bodega. La bodega es el lugar donde se almacena y se hace el vino, como el viaje de la casa a la bodega es un poco largo tomo una parada a las caballerizas.

Sonrió mientras veo a todos los caballos. Pero solo hay uno que quiero montar y es mi hermosa yegua, Lucia. Mi abuelo me la regalo cuando tenía once años en ese entonces era solo un pequeño bebé y ha sido mi amiga desde entonces.

—Hola pequeña—digo cuando por fin la encuentro. Uno de los trabajadores la está cepillando le pido que me deje hacerlo, adoro tocar su suave piel blanca. Recuerdo cuando de niña solía hacer trenzas con su cola. Fue el primer caballo que monte, cuando era niña me intimidaba siquiera acercarme a estos grandes animales. Supongo que es por eso que mi abuelo me regalo una cría, una pequeña yegua en miniatura.

Tuve también la suerte de que Lucia fuera fácil de montar. Es amigable con cualquiera incluso con extraños, no se altera como los otros caballos y menos cuando la están montando. Ella es tranquila y es una buena amiga.

—Sabes pequeña—digo mientras ella se inclina hacia mi acariciándome mi cabeza—Me encantaría llevarte a casa conmigo—

Lástima que no lo puedo hacer porque pagaría lo que fuera por ver la cara de Shane cuando vea a mi hermosa yegua. Probablemente le daría un infarto, porque él es el señor orden, todo debe ser de una cierta forma y orden. Y pobre del que interfiera en ese orden de Shane porque tendrá que soportar su furia.

—Lamento no haberte venido a visitar con la frecuencia que me gustaría— puede que algunos les resulte raro que le este hablando a una yegua pero para mí los caballos son animales hermosos capaces de entendernos y comunicarse a su manera. Por ejemplo Lucia comienza relinchar y se aleja un poco de mi cuando le recuerdo que no la he venido a ver en mucho tiempo—Lo siento pequeña—me acerco un poco más a ella ya que se había alejado—Te tengo una sorpresa—digo sacando una zanahoria que tome de la cocina. Se la doy y mi pequeña entusiasmada la toma y se la come en dos mordiscos.

Riendo por la situación y emocionada por el hermoso día que viene me subo a mi hermosa yegua que me ayuda a ir a la bodega de vinos.

Este será un hermoso día. Pero me pregunto cómo estarán los chicos en casa.

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