–Muchas gracias por recibirnos con tan poco tiempo de anticipación, señor Moon –dijo Rossie, una vez que soltó su mano por el saludo de rigor.
Jared, por su parte, esperó en vano a que Oscar le ofreciera un abrazo que no tenía, ni estaba dispuesto a dar. Se limitó, entonces, a saludarlo de mano, como correspondía a dos viejos colegas sin mayor vínculo afectivo.
–Me alegra volver a verte, Oscar –le dijo el Goodboy.
–Ojalá pudiera decir lo mismo –dijo The Big Boss, tan bajo que fue prácticamente inaudible para sus dos interlocutores.
Jared lo vio no sin cierto extrañamiento. Y por un segundo, se vio