Es el viernes, 9 de agosto del año en curso. El Maserati Ghibli color niebla que Jared Cavalier saca a pasear por la muerte de un judío, y que se salvó de la masacre que Adalyn propinó a todas sus pertenencias el día que lo abandonó de puro milagro (porque se encontraba a buen recaudo en su mantenimiento anual), aguarda con calma a Rossie Regiés, fuera del Park South, desde las 07h30 de la mañana.
–Te espero, pequeña –escribió Jared a Rossie a la hora en que llegó–. A Oscar Moon no le gusta la gente impuntual.
Por supuesto, Rossie no podía arriesgarse a que su entrevistado los recibiera de mal humor o que, en el peor de los casos, les cerrase la puerta en la cara.
–Voy –fue todo lo que respondió al Goodboy.
–Y no está por demás considerar el tráfico, pequeñita –acotó Jared, v&iacut