Capítulo 26
Romma fue a Monterrey ese día a recoger sus cosas personales en su oficina. No tenía gran cosa, porque no era su naturaleza hacer un nido de ese lugar y ya sin sus portafolios de trabajo, robados por Leo, no había mucho por llevar. Por supuesto, sus memorias portátiles con la música de Queen eran una prioridad para ella junto a algunas fotografías de su familia. Puso en una caja algunas cosas y cuando dio la última mirada al lugar, llamó a su chofer, quien esperaba fuera de la oficina para que se la llevara.

Cuando se encontraba ante el escritorio de Mina dejando sus llaves, apareció Leo con su sonrisa de serpiente en el rostro.

— ¿Por qué no pude irme sin tener que ver tu asqueroso rostro, Leo? Era tan fácil que no aparecieras por aquí. No esperaba una fiesta de despedida, pero al menos la cortesía de no tener que verte bastaba.

—Rommita, te sientes muy poderosa ahora que eres una Dolciani, pero ni eso te va a conseguir sacar del agujero donde te voy a enterrar. Creo que quizás pod
Sarah B. Robinson

¿Será que no eres tan "fogosa" como dices?

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