Para cuando Zack llevó los platos, Josh había llevado a Marisa a su habitación luego de que se quedara dormida. Tenía una expresión de preocupación más allá de obvia en la cara
— No puedo creer que todo eso haya pasado y me vengo a enterar casi diez años después—
— Pues… Si no te lo contó a ti, mucho menos a otras personas—
— Quiero matar a ese desgraciado—
— Es bastante comprensible la verdad. Tengo el presentimiento de que no se quedará quieto hasta que obtenga lo que quiere… Y que Gabriela será la herramienta perfecta para conseguirlo—
— No será tan fácil quitárnoslo de encima ¿No? — se sacudió un poco el cabello
— Ya se nos ocurrirá algo— le hizo un gesto para que juntos pasaran a la mesa
— ¿Dónd