Me llamaron del trabajo, era una cosa de vida o muerte, según me habían explicado por teléfono. Dejé a Camila a cargo de la nana, Amalia.
Cuando llegué a la empresa, me di cuenta de que alguien esperaba en mi oficina, ingresé en ella, para mi desgracia, se trataba de Ana.
_ ¿Qué haces aquí? ¿No te ha quedado claro que no me interesa estar a tu lado? Ni siquiera quiero recordar que te conozco. – mencioné seriamente.
_ Respuesta errónea, querido Leonardo. – dijo sonriendo como p