Mundo ficciónIniciar sesiónCapítulo 43: Defensa propia
Alejandra despertó antes del amanecer. No por una pesadilla, ni por el llanto del bebé. Simplemente, su cuerpo ya no podía permanecer inmóvil, su mente encendida desde mucho antes de que la primera luz asomara por las cortinas.
Se sentó al borde de la cama, con los pies descalzos en el suelo de madera fría. Matías dormía profundamente, de lado, con una mano extendida hacia la almohada donde ella solía recostar la cabeza. La buscaba, incluso dormido. Y aunque eso la enterneciera, no podía quedarse allí.
No esta vez.
Había algo en su pecho que hervía. No era ansiedad. Era decisión.
Tomó su móvil y salió de la habitación sin hacer ruido. En la sala, con una manta sobre los hombros, comenzó a revisar cada







