Theo la miró y se pasó ambas manos por el cabello, estaba completamente estresado y ansioso. Se acercó a ella y se metió a la cama para luego jalarla delicadamente del brazo y atraerla a su pecho. Abrazo a la delgada chica y suspiró.
No tenía palabras, se sentía como un completo imbecil al no poder decir nada, quería decirle que todo estaría bien pero no lo estaría.
Aurora había perdido a su padre y se lo tuvo que decir.
Pensó varias veces en guardarlo como un secreto, pero era un secreto muy cruel y no quería lastimarla más.
—He hablado con el aeropuerto, me mencionaron que es imposible volar...
—¡Quiero ir a casa!— le gritó llorando.
Theo la tomó del rostro y asintió mientras acariciaba con delicadeza su mejilla.
—En unos días —susurró el.
—¡Siempr