Aurora cruzo una fría mirada con Theo y le regalo la mejor sonrisa que le podía dar. Un escalofrió recorrió la espina dorsal de Theo y se alejó de su padre.
—La mataré...—susurró él para finalmente sacar la plateada arma que escondía en la cadera. Aurora retrocedió dos pasos y salió de la fiesta con un dulce sabor en la boca. Finalmente había herido a Larissa y se había sentido tan bien. ¿Así era como se sentía Theo cuando se vengaba? Si la venganza era así de satisfactoria quería vengarse a diario.
Theo la siguió hasta que se aseguró que nadie pudiera verlos y mucho menos escucharlos.
—Detente— le dijo él cuando finalmente estuvieron a solas.— ¿Te sientes satisfecha?
Aurora suspiró y volteo a verlo para finalmente sonreírle.
—Nunca había di