Pasaron dos días desde que llegamos nuevamente a la mansión. A decir verdad, prefería mil veces estar en una casa a solas con Dakota que estar en compañía de mis hermanos, los amaba, pero era detestable no poder tocar a Dakota frente a ellos.
Salí de la habitación mientras que ella se encontraba en un profundo sueño, caminé hasta las escaleras y me topé con Olivia y una mirada un poco terrorífica.
─ ¿Qué? ─pregunté.
─ ¿Me vas a decir la verdad sobre ese golpe de Dakota? Llegaron hace dos días con esa patética excusa de que se cayó y no lo creo, conozco a Dakota lo suficiente para saber cuándo ella miente y cuando dice la verdad ─soltó.
─ La verdad es que se cayó, estaba ebria, salió del baño y se cayó.
─ ¿Acaso le pegaste?
─ ¿Est&a