Las grandes puertas de la mansión Whitfield se abrieron ante nosotros, revelando un hogar que era una mezcla perfecta entre elegancia y calidez. Era extraño. Las mansiones generalmente tienen un aire intimidante, pero este lugar parecía querer abrazarte con su atmósfera. No sabía si era el lugar o el efecto de las personas que vivían allí.
O si visitar el pesado y tenebroso hogar de Nessa había alterado mis sentidos.
Arzhel estaba a mi lado, caminando con una naturalidad que yo nunca había visto antes. No era el Arzhel frío y calculador al que estaba acostumbrada. Su paso era relajado, sus hombros más bajos, como si hubiera dejado una armadura invisible detrás al cruzar esas puertas.
Me giré un poco a la entrada para confirmar no ver alguna armadura invisible que él hubiera dejado; sin embargo, no noté nada. Si este era un nuevo Arzhel, entonces lo aceptaría gustosa.
Cuando llegamos a la sala principal, un hombre y una mujer se levantaron del sofá. Supuse de inmediato que eran los pad