A Alexander no le gustaba que le hicieran esperar y menos cuando su hermano y su cuñado no paraban de fastidiarlo con demasiado entusiasmo, sobre el poco respeto que Vania le tenía, al dejarlo plantado por irse con Casandra y Andrea, en lugar de esperar para verlo.
Aunque le complacía saber que intentaban integrarla a la familia, temía que la conversación que ella tuvo con Darla se hubiese salido de control y que con ello se dañara todo el avance que lograron en su relación desde su regreso.
Lo ponía nervioso el pensar que su actitud la noche anterior pudo haber atribuido a empeorar el malentendido, pero solo le restaba esperar para mirarla a los ojos y aclararlo lo mejor que pudiera.
La extrañaba demasiado y verla en su habitación por ese breve instante, fue todo lo que hacía falta para sentir que la situación no estaba tan perdida.
Llegó y le llevó cosas que, aunque no necesitaba, le demostraron que se preocupaba por él.
La discusión que tuvo con su familia esa mañana lo había deja