Azucena, la bruja que había enviado a la licántropa a robar la piedra roja al territorio humano, observa las imágenes sobre su mesa y levanta una copa de vino al aire con expresión victoriosa.
—Esto está saliendo mejor de lo que esperaba. —Ella toma un sorbo y regresa la copa a su lugar—. Los híbridos me ayudarán a causar confusión y será tan divertido. Vamos a hacer que estas imágenes lleguen a todas las manadas. Mañana le haremos una visita al consejo y les mostraremos las pruebas de que los híbridos son una amenaza, en caso de que todavía estén titubeando acerca de tomar acción contra ellos.
Varios mensajeros se llevan las copias de las fotografías alteradas a su destino, dejando a Azucena sola.
En ese momento, la otra bruja entra a su oficina y se sienta frente a ella.
—Mi señora, he encontrado un libro antiguo que habla acerca de la semilla Adamá. Al parecer, los humanos mantenían esa información en secreto. Por supuesto me refiero a los humanos de la antigüedad, esos que todaví