Paula es una joven de dieciocho años que en una noche de festejo se pierde en él y termina entregando su virginidad. Pero lo que nunca espero es que de esa locura obtendría un regalo sin igual. Lucían es un bebé con unos ojos únicos que solo se reconocen en una familia y esto llamara la atención de su tío Zack, quien es el que lo descubrirá. Mas, sin planearlo, este hombre complica toda la situación con Paula. Haciéndola escapar junto a su retoño sin saber que puede tener todo lo que desea, tanto para ella como para su hijo. El amor de un esposo que la ayudara a sanar y el de un padre.
Ler maisPaula
Una noche que cambio mi vida sin planearlo, una oscuridad que aún invade hasta parte de mis recuerdos. En donde solo quedan reminiscencia de sus gemidos, su voz y sus ojos que para muchos quizás eran marrones, pero para mí eran rojo y amarillos combinados, dando un naranja oscuro. Quizás era el nivel de alcohol y algo más que habíamos tenido en aquel club, ni lo conocía. Solo fui con mi mejor amiga, Alana, a festejar su cumpleaños número dieciocho, yo ya los tenía hacía solo dos meses. Y como nunca habíamos roto las reglas, pues siempre fuimos chicas nerd, decidimos por esa noche hacerlo, pero que mal me fue.
No nada más perdí mi virginidad de forma loca y sin conocimiento, sino que dos meses después, recibía junto con mi madre la noticia de que también me gané un regalo. Cuando el médico dijo que está embarazada, el mundo se volvió negro, todos mis sueños estallaron. Nunca podría hacer mi carrera, por la cual luche tan fuerte y casi tenía en mis manos.
No solo eso, mi madre, quien se ha sacrificado desde que tenía tres años, ya que nuestro padre nos abandonó, dejo de mirarme con orgullo. Me sentí tan vacía, asustada y desilusionada con la vida, todo dejo de importarme. No veía como podía ser capaz de criar a alguien si ni siquiera sabia como combinarme la ropa. Otro punto más que probaba lo imposible, pienso cosas estúpidas. Estuve dos días encerrada en mi cuarto sin salir ni siquiera a cenar, hasta que mi madre se sentó en mi cama.
—Siéntate ahora mismo Paula Elías. —Obedecí al momento, siempre he amado a esta mujer, es mi madre sin duda alguna y no hay nada que me duela más que el haberle fallado—. Escucha bien lo que voy a decirte, soy tu madre y voy a estar aquí para ti siempre. Pero ahora ya no estás sola, has pasado a segundo plano, eso —señala a mi vientre—, es ahora lo primero. Vas a terminar la escuela y luego veremos cómo hacemos para que sigas adelante. Sé que estás asustada, no obstante, no queda más que seguir adelante. Vas a prender en el camino, pero siempre ten presente que ese bebé es tu vida ahora y que pueden hablar mal de ti si tú los dejas, sin embargo, jamás pueden señalar a mi nieto, ¿okey?
Estaba en puro llanto al igual que ella cuando termino de hablar, sin más me lancé a sus brazos, siempre me sorprendía. Acepté todo lo que me dijo sin pensarlo, pues es mi otra mejor amiga, con la que cuento para todo. Y por supuesto que tenía razón en que ahora mi vida no era mía, era de esta semillita que estaba creciendo en mi interior. Daría todo por este bebé y nada ni nadie iba a hacerle daño, eso era un hecho. Así que al día siguiente volví a la escuela, al principio no hubo problema, pues no se sabía nada, mas, cuando se empezó a ver mi vientre, fue imposible que no me señalaran.
Mi amiga Alana jamás me abandono, lo agradecí en el alma, no dejo que la soledad me tragara. Siempre estaba animándome y preocupada comprándome merienda, decía que su ahijado debía comer bien. Y si alguien se atrevía a decir algo se llevaba unas buenas ofensas de mi amiga, la cual tenía una lengua bien afilada. Lo más gracioso es que tapaba mis oídos cuando lo hacía porque decía que el niño podía escuchar esas malas lenguas y ofenderse, además de aprender el mal lenguaje.
Más tarde ella entendería que mis oídos y los del bebé no tenían nada que ver, mi mamá y yo nos reíamos mucho de sus ocurrencias. Ali, como siempre la he llamado, era una niña de familia adinerada, pero sus padres trabajaban tanto que casi siempre la dejaban sola, así que en casa era una hija más. Éramos tan unidas que hasta iba conmigo a las consultas y le preguntaba de todo al doctor. Este también disfruta de que fuese tan curiosa y le explicaba todo. Se emocionaba tanto en cada ultrasonido que hacía que le dieran varias fotos, de hecho, le creo un álbum al peque. Realmente era alguien increíble y agradecía su presencia en mi vida.
Pudimos terminar el colegio sin problemas, gracias al cielo. Ali logró entrar a la universidad, la cual quedaba bien lejos, pero no se iría hasta el nacimiento del bebé que por suerte llegó en las vacaciones. Fue el día más duro de mi vida, aunque mi madre me hizo ir a clases para embarazadas para andar sobre aviso, nada te prepara para ese dolor. Pensé que moriría ese día, entre lágrimas y algunos gritos de desesperación llegó mi Lucían Elías.
Era un bebé hermoso, enorme, con su pelo negro, su nariz pequeña, labios medianos y rosados. Además de unos ojos que se robaron mi aliento, ya que eran una liga de rojo con amarillo, llegando a ser naranja oscuro algunas veces y esto me recordaba a su padre sin lugar a duda. De hecho, era lo único que recordaba con claridad de aquella noche. No tenía ni la mínima idea de como lucia o quien era y eso me inquietaba. ¿Por qué? Porque al final tendría que decirle a mi hijo, lo mismo que le he dicho a mi madre y amiga, no tengo ni la menor idea de quien es.
En fin, después de mi pequeño llegar a mi vida, todo cambio, pues tuve que crecer a la fuerza. Ya no podía pensar en boberías, pues mi día estaba ocupado con tomas de leche y pañales. El primer mes mi amiga me ayudo, de hecho, lleno mi cuarto de regalos para su ahijado e incluso dormía conmigo para ayudarme en las madrugadas con mi hijo. Cuando se marchó, la vida se me hizo más difícil como madre, pues a los tres meses del bebé comencé a trabajar en las noches. Mi madre lo cuidaba para poder entrar otro salario a casa, así que nos dividimos el tiempo. Ella se ocupaba de sus noches y yo en las mañanas me hacía cargo de mi chico.
Paula & Lucas PaulaNuestras respiraciones están aceleradas y no podemos evitar sonreír, la felicidad está a punto de estallar en nuestro interior, ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. Pienso en todo lo que hemos vivido para llegar hasta aquí; han pasado tres años desde que finalmente pudimos romper con todas nuestras desgracias y las cadenas familiares que nos ataban.Aunque de forma tardía, estamos avanzando en lograr que las dos familias se entiendan, y nosotros somos el enlace que lo va a conseguir. Muy caro que nos ha costado serlo, por cierto, no solo de manera sentimental sino también económicamente. Lucas recuperó su apellido a petición de su hermano, aunque se niega a asumir el cargo que el padre quiere entregarle. Alega que no lo necesita, que eso es un derecho de Zack y sus hijos, que, por cierto, ya tienen un año los gemelos. Son el orgullo de su padre y de su tío, aunque el primero casi sufrió un colapso al enterarse de la paternidad que lo amenazaba. Todavía r
Lucas En el hospital Por suerte la herida de la señora Margaret no fue seria, pudimos respirar en paz, estaba enormemente agradecido por lo que hizo para proteger a Pau. Dios, cuando vi a mi mujer ponerse frente a mí para detener la bala con su cuerpo, miles de ideas vinieron a mi cabeza. La primera, que era yo quien debía protegerla y luego de esa, una cadena de pensamientos tristes que de solo recordarlos me hacen doler el pecho. Estamos de pie en el pasillo, esperando a que terminen la cura, Paula se va en puros sollozos. Abrazo su espalda y la aprieto a mí para que sepa que estoy aquí, pero también para asegurarme de que no la he perdido. “¿Es tan difícil tenerla a mi lado y que permanezca ahí para siempre?” Estoy pensando en cómo lograr que eso se haga realidad cuando siento que su cuerpo se pone en alerta. Le prestó atención y sigo su mirada para ver a un hombre alto y ancho acercarse, alguien a quien conocemos con el nombre de Rogelio. “¿Y ahora qué?” —¿Paula Elías? Me llam
PaulaLa fiestaMe preparo a la hora indicada para sumarse a la actividad, ya lista con mi vestido negro que hará la huida más fácil, me dirigen al lugar en la compañía de dos hombres. Mientras me acerco a la mesa del homenajeado voy revisando a los invitados, estoy algo nerviosa, pues no veo a las personas que necesito. Hasta que alguien hace una ligera seña y veo que es mi abogado, quien afirma lentamente con su cabeza. Eso me da la paz y seguridad que necesito para avanzar.Llegué hasta mi abuelo y lo felicité, el cual miró con curiosidad a los guardaespaldas que me seguían, pero no dijo nada. Así que al terminar me dirigí hacia mi puesto destinado y solo me senté a esperar. Toda la familia está reunida y puedo ver sus miradas de desprecio. Si supiesen lo que planeo hacer de seguro vería corazones en sus ojos de felicidad. Me rio por lo bajo, ya que imaginar esa situación me da algo de gracia.Luego de unos minutos comienza toda la celebración, se la han gastado en grande, desde can
Paula Creo que ya estamos listos para proceder, han sido semanas de fuerza mental y perseverancia para no explotar con tanta falsedad, fingir no es algo que se me dé fácil. Lo que me alivia es que, a pesar de tener razones para odiarlos hasta el final, la verdad es que he llegado a sentir algo por ellos. Ojalá pudiésemos entendernos y aprender a convivir, aceptarnos, pero sé que eso es soñar muy alto. El odio de mi padre tiene un lugar demasiado grande en su corazón y no creo que exista una forma de curarlo o aliviarlo. En fin, el caso ha sido planteado, la demanda tomó camino, así que ya le debe haber llegado a mi padre la citación. La fiesta de mi abuelo es mañana y Rogelio llega hoy, quizás por eso no ha hecho su movimiento. Estoy segura de que vendrá directo a verme y lo estoy esperando. De una manera o de otra yo ganaré esta partida y obtendré mi libertad para volver a ser Paula. Lo que menos se imagina él es que ya ha movido todas mis fichas y está montado el escenario para la
Lucas —Fui yo quien tomó el arma y disparó sin siquiera apuntar bien, dándole en la cabeza, murió al instante. Mientras que Marcos se estaba desangrando… —Su voz se quebró y mirando a Aurora volvió a sonreír—. Antes de morir, este le pidió a Daniel que me protegiera y me hiciera feliz. — Por supuesto que mi padre cumplió con su palabra. — En realidad fue tu abuelo, vio todo y decidió tomar la culpa por mí, así todo el odio caería sobre él. Era su forma de agradecerme por haber salvado a su hijo y de cumplir con el pedido de Marcos, a quien quería como suyo también. Fue un golpe duro para todos. Al final me casé con tu padre luego de varios años de sufrimiento, este aún cree que no lo amo completamente, que todo fue por lo que dijo Marcos. Pero no es así, yo realmente me enamoré de él. Estoy en estado de shock, siempre he sabido cuánto ella ama a mi padre, pero nunca pensé que antes de este hubiese habido otro en su corazón y menos el mejor amigo de papá. Todo esto es tan raro, a
Lucas Me puse enseguida en contacto con el abogado y ya han quedado en verse en el mismo hospital, es donde único la familia la dejara ir bajo vigilancia. Ya allí ellos han diseñado el modo para verse burlando la seguridad. Por mi parte, he tenido el placer de volver a hablar con el presidente del hospital que es muy amigo de mi abuelo y nos conoce desde niños. Me ha prometido su apoyo de nuevo y hacer que el médico cumpla con lo que está estipulado, la información del paciente es personal, no sé comparte ni se accede a esta sin el consentimiento de este. Además, pondrá a otro neurocirujano a evaluar el caso en conjunto con este doctor, para que no exista posibilidad alguna de sorpresas. Lo cual me da un verdadero alivio y se lo agradezco. Lo gracioso es que me regañó por no haberle dicho todo sobre el caso con anterioridad, ya que fue él quien nos entregó la información de mi esposa cuando la solicité. Aunque se negó al principio como es lógico, pero luego de demostrarle que era mi
Último capítulo